


Si dejo de mirar por la rendija de mi puerta hacia ese pasillo a-temporal, a veces llamado futuro, vuelvo a ver con nitidez los colores del ahora. Siento el aroma de mi piel tranquila caminando sin buscar más la proyección...Paso a paso sobre la tierra, aquí-ahora, sin la torpeza de los pies ansiosos avanzando desorientados hacia un punto de fuga inexistente, al que nunca se llega porque sólo está en las construcciones y perspectivas de la mente.