Algunas noches nubladas se respira la nostalgia del antiguo amor en las calles. Por más que tejamos una red de acero para no sentir el óxido de su tiempo naufragado, su resina café de lluvia y viento se toma los aromas de la calles dormidas, nos transporta a ese trocito de melancolía que se guarda en lo impredecible de la inconciencia . Amor de antologías secas y oxidadas, corroídas por las inevitables huellas del tiempo y el aguacero.
14.4.06
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2 comentarios:
nata, la felicidad duró poco, ya estoy en las tinieblas...
Pucha poh, parece que algunas veces las nubes se hacen chaparrón y nos dejan en medio de la tormenta...besos t kero.
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